martes, 4 de septiembre de 2007

Gracias especiales

En todos los años que vivió Felipa, hubo un grupo de personas que dio manos incondicionales con su cuidado y su supervivencia.

Los primeros fuimos los Man, que la recibimos en el departamento familiar por dos semana luego de que Isabel, una amiga de mi mamá Etel, le pidiera la gauchada de aguantarla mientras terminaba de separarse y reacomodarse.

Esos 15 días, cuando Felipa llegó con dos años, se hicieron 16 años porque por diferentes cuestiones logísticas se quedó a vivir con nosotros.
El primer agradecimiento es a la familia Balbi-Cohen, propietaria original de Felipa a la que querían tanto como nosotros.
Yo recuerdo haberla conocido en un departamento de la calle Larrea mientras Analía jugaba con ella al ritmo de la dominante bailanta de principios de los años '90.

Ya en casa, hubo un año en que todos salíamos de vacaciones y no teníamos dónde dejarla. Allí, la mandamos a una "guardería" llamada Las Razas en la calle Guise por 15 días. No vayan nunca.
La hija de puta de la veterinaria, bajo nuestra advertencia de que no la querríamos embarazada a nuestra vuelta, me la devolvió un poco enferma, con fiebre y desganada.

Con el tiempo, y específicamente cuando la castramos porque si no se moría, nos revelaron que había sufrido una sobredosis de abortivos que le provocó un celo contante. Una semana sí, otra no. Si hasta Marina, que se quedaba en mi casa, una vez soñó que paría gracias a los incesantes aullidos de calentura de la gata....

Luego de la "guardería", vino la reforma del departamento y allí contamos con la colaboración de Isidoro Abramowicz, que gentilmente abrió la puerta de su casa en Palermo para ella por un tiempito.
El tenía dos gatas siamesas y todos pensamos que las hembras congeniarían pero no. Felipa tiranizó a las otras y en medio de su celo sin paz le meó el piano a Isidoro.
Igualmente, él se la bancó muy duque. Gracias San Isidro.

Unos años después, Marina y yo viajamos unos meses a España y allí quedó al cuidado de Martín Díaz Vázquez, que tenía una vida agitada por entonces.
Y Martín, responsable como es, vio que se le piantaba el cuidado y no tuvo mejor idea -y acá no hay ironías- que ceder a Felipa a su ex mujer Anita Martínez. Sí, la de la tele.

Ana la llevó a su casa de Flores donde vivía con su madre, su hermano y varios felinos.
La cuidaron, la amaron. A tal punto que me tiraron la onda de que la deje. Me opuse y agradecí.
Ahora vuelvo a agradecerles. Continuará...

10 comentarios:

LadyHype dijo...

Man, ni bien retorne a Cabrera, recopilo y te paso las fotos que tengo de Felipa para subir al blog.
(la del 1er post es hermosa!)

te dejo un beso grande,
Di
PD: "gallettitas para gatos" y Good Show!

felipa dijo...

Comments recibidos al gmail.

De Román: "Antes que nada te digo que lo lamento, pero mas lo lamento despues de leer eso. Me hiciste emocionarme casi lloro y me hiciste reir a la vez. Escribis muy bien negro. Te mando un abrazo y saludos a la flia. Romiiin".

De Seba Hilman: "Querido amigo,
Solo se que las nubes de jerusa seran mas mullidas ahora, con Felipa amasando imnotizada en su desconcertante impetu felino.
Cada dia amasa mejor
Abrazo grande".

De Fer: "los restos viajan a baires para descansar en pax.
sufrio antes de morir?
espero que no
un beso
chi mparna".

De Fer (II): "Que groso ,me hiciste emocionar y acordarme de un par de cosas.
ahora en tu casa vive otro gato y el otro dia estuve y mire todo
alrededor y me imagine el viejo decorado de cuando estaban uds y me
acorde de felipa corriendo al taco cuando terminaba de garcar.
no sera muy decoroso el recuerdo, pero a mi me causaba gracia y a vos
tambien.
un abrazo muy grande para todos
quise publicarlo en el blog pero no tengo cuenta. Te quiero mucho y te extranio".

Anónimo dijo...

En estos dias se podria decir aque estoy conviviendo con la gata de mi novia (no como adjetivo calificativo), y realmente me encariñe con ella (con la gata), entiendo el dolor, y comparto mis sentimientos con ustedes.
Aguante la gata, aguante felipa, aguante churi, y aguante quique carajo, quien te dice que alla en el cielo de los animales no se encuentre con algun pajaro piquetero.
Saludos a los man.
con cariño

britbird

Anónimo dijo...

Un abrazo fuerte Marianito, esto duele y mucho. Se me hizo un nudo en la garganta.
La gatita era una fenómena, de esas que nos hacen mejores personas.
Espero verte en diciembre.
Besos para la family.

Anónimo dijo...

De Diego W.:
Muchacho, amigazo. Estoy en Madrid. Acabo de leer lo de Felipa y no puedo evitar que se me escapen las lagrimas y moquear. Lo lamento mucho, me siento muy identificado. Me pega mucho esto, luego veo las fotos, estoy muy sensible. Un abrazo para todos.

Anónimo dijo...

Hola Mariano:
Soy amiga de Diego Wengiel y también del Calamar.
Diego me pasó lo que le escribiste a Felipa, porque sabe de mi amor a los gatos.
No te conocía ni a vos ni a Felipa, pero gracias a las palabras que le dedicaste pude sentir tu dolor y tu amor por ella.
Lloré, y sigo triste, desconsoladamente por Felipa.
Mi Tadeo, siamés tb, vive en Buenos Aires, a 10.500 de distancia de mi casa en Madrid. Cada día lo llamo y espero escuchar su miau mañanero. Y si lo escucho ya tengo el día feliz.
Te mando un abrazo de parte de Tadi y mía. Te acompañamos a vos y a los tuyos en el sentimiento.
Lorena

Mariano Man dijo...

Hola Lorraine!
Gracias por escribir y por leer.
Fue muy duro pero el blog ayuda a respirar un poco en la angustia.
Desde ya, estás invitada a contar sobre tu Tadi.
Beso grande.

Mariano

Daniela Magnone dijo...

Mariano, no se desde donde empezar. Me mandaste el link de Gata Felipa hace un mes, entrè a los apurones y no leì nada, hoy con 10 minutos libres entre y leì todo esto. Me emociono, me entristeciò, y no me gusto leer esas lineas. Yo odiaba los gatos, pero con Lunita, la gata de GZ me encariñe. Nunca creì que podrìa encariñarme con un animal. Ahora tengo una perrita que rechazaba hace un tiempo. Estas palabras tuyas me llegaron muy a lo profundo. Felipa tuvo un buen padre, que la quizo. Por lo que contas te acompaño, te siguiò a donde tuvo que ir, y ahora, lamentablemente se tuvo que ir. 14 años, 13 años más que Alma. Un Bar Mitzva más que Alma. Mucho. Es demasiado. Los gatos nacen, y a los pocos meses ya se van de casa. Se van a vivir solos algunos, otros optan por la convivencia. Ahora queda recordarla, recordarla y recordarla.

made atom dijo...

No soy nadie, muchacho. Pero leí las lineas que le dedicaste a tu vieja compañera, y me identifiqué.

Si es que eso es posible de parte de un extraño, te acompaño en el sentimiento.

Sólo los que vimos partir a un hermano con pelaje sabemos lo que significa.

Un abrazo fuerte.

Damian.

t dijo...

Hola MM,
solo unos pocos podemos comprender lo que expresas, estas "personas" peludas son mas queribles que ciertos humanos ...
Brindo por el cielo de los gatos.